EL CUENTO DEL JANO

 

          "Cierto día, ya hace muchos años, bajo un sol abrasador, estaba el tío Antonio arando sus tierras del Jano cuando vio aparecer por la Corra un oso de enormes dimensiones.

          En un principio, el tío Antonio se quedó un tanto aturdido por la inesperada aparición del oso,pero enseguida recobró su acostumbrada calma y continuó arando.

          El oso se dirigió a él diciendo:  

- ¡Arador! Tengo mucha hambre. ¡Tendrás que darme una vaca para comer!

          A lo que él contestó muy astutamente:

- Ahora no puede ser; primero tengo que terminar de arar la tierra.

          Entonces el oso se tumbó a la sombra del carro a esperar ue el tío Antonio terminara su labor. Este, mientras araba la tierra, estaba cavilando la manera de deshacerse del oso, cuando de pronto... asomó la zorra diciéndole:

- ¡Arador!  ¿qué es eso que hay junto al carro?

-Un tronco- contestó el tío Antonio.

_ ¡Ah, si fuera tronco, tú le dieras con el hacha!- replicó la zorra.

          Entonces el oso, sin moverse, le susurró:

- ¡Haz como que me das pero no me des!

         Y el tío Antonio alzó el hacha y ... ¡ZAS!.  El oso quedó muerto al instante.

          La zorra muy contenta de su hazaña, le dijo:

- Bueno, y ahora ¿qué me vas a dar de recompensa por haberte librado del oso?

         El respondió:

- ¡Sí, hombre, sí! Vete a casa de la tía Brígida y que te dé la gallina y los pollos.

         La zorra, muy gozita ella, bajó saltando y brincando por las Rebusqueras hasta la casa de la tía Brígida. Cuando llegó se la encontró sentada en el poyo del corral.

- ¡Buenas tarde, señora Brígida! Vengo por la gallina y los pollos. - y le contó todo lo que había ocurrido.

         Entonces la tía Brígida se dirigió a la portalina. Metió en un costal la perra y los perrines y se lo entregó a la zorra.

         La zorra corriendo monte arriba, oía en el interior del saco:

- ¡Jau, jau,jau!

- Chitos, son chitos- exclamó la zorra.

        Pensándolo de otra manera:

- No, no. Pitos son, son pitos.

        Al llegar de nuevo al Jano, le dijo al tío Antonio muy enfadada:

- ¡No son pitos, que son chitos!

         En esto, el tío Antonio, coge el saco por los cornijales y lo voltea, cayendo al suelo la perra y los perrines.

         Aprieta la zorra a correr y la perra tras de la zorra. La perra a correr y la zorra a correr, que tuvo a buenas subirse a un haya exclamando:

- ¡Arriba zancas, que ente mundo no hay más que trampas!

La voz de Salamón Nº2 (segunda época) 1.991