¿Quién ha robado la lámpara?.

En la iglesia de un pueblo tenían una lámpara preciosa que había regalado, hacía muchos años, el más rico de los vecinos; era el orgullo y la mas preciada joya que tenían y conocían.

Un buen día, cuando el cura entra en la iglesia, se da cuenta que falta la lámpara; aturdido y asustado se pone a tocar las campanas para que acudan los feligreses a la puerta de la Iglesia: vienen todos corriendo creyendo que había quema (ese era el toque) y les da la noticia: ¡nos han robado la lámpara!, la gente no lo podía creer: ¡qué desgracia! dicen unos; ¡es un sacrilegio!, ¡que falta de respeto robar en la iglesia!, dicen otros; pero ¿quién ha podido subirse y descolgar una lámpara tan grande y con tantos cristales colgando? -dice el sacristán-, otros cometan: ¡uno solo es imposible que pueda llevarse la lámpara!, han tenido que ser varios… el alguacil dice: tiene que ser algún forastero, los del pueblo somos incapaces de poner la mano sobre esa lámpara de la que estamos tan orgullosos…

Así hablaban y susurraban asustados y entristecidos por la falta de tan preciada joya cuando dice el tonto del pueblo: ¿yo sé quién robó la lámpara.

Le rodean todos intrigados y dice: solo lo diré, cantando desde el coro, si entráis todos en la iglesia y hacéis lo que yo os diga.

Entra todo el pueblo expectante y él subido en el coro les dice: falta el alcalde, si no estáis todos no lo digo.

Sale el municipal a toda carrera a buscar al alcalde que estaba arando la tierra y vienen los dos ahogados de la carrera y del disgusto.

Bueno, dice el tonto, ahora preguntadme cantando: ¿que quién ha robado la lámpara?.

(El narrador hace la voz del tonto y el resto el pueblo)

Todo el pueblo entona: ¿que quién ha robado la lámpara?. El tonto: preguntaimelo otra vez. El pueblo: ¿que quien ha robado la lámpara?. El tonto: volveímelo a preguntar. El pueblo subiendo el tono: ¿que quien ha robado la lámpara?. El tonto: preguntaimelo más alto. El pueblo, ya a voz en cuello: ¿que quien ha robado la lámpara?. El tonto: preguntaimelo otra vez. El pueblo, desesperados y a grito limpio: ¿que quien ha robado la lámpara?

(Se repite varias veces hasta que los niños estén algo desconcertados)

Responde el tonto: ¡los ladrones!.

Si puedo gravo la música e intentaré añadirla de alguna manera.

Nota: Trata de los saqueos que hubo en las iglesias para surtir a anticuarios y coleccionistas de arte, desgraciadamente, se supone, que la lámpara no volvió a aparecer.


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